viernes, 19 de marzo de 2010

Fecha 2: Desastre en el puerto

Richard Taylor

Miré el celular, ya habían pasado tres días y Richard no daba señales de vida… Me pregunté qué era lo que estaba haciendo… quería llamarlo, pero a la vez no quería, maldición, odiaba sentirme así. Sabía que me preocupaba por él y ni siquiera se molestaba en dejarme un mensaje…
Dejé el celular a un lado y me concentré otra vez en la situación. Por las escaleras bajaba un hombre, de descendencia indígena, altísimo y muy musculoso, ese debería ser Bloodearth “Sangre en la Tierra” así lo llamaban los suyos según el expediente de Candy… y poco después llegó una mujer de cabello corto negro y de piel blanca, muy bonita, su nombre era Urssula, y era médica.
-Bueno, ahora sí estamos todos, a ver… vamos a pasar lista…
Cuando llegó a Elena hubo dos personas que levantaron la mano.
-Bueno, Elena sin H…
-Yo también me llamo Helena.
-Bueno, te decimos Urssula así no hay confusión- le dije.
Candy nos mostró un apartado en el sótano para cada uno, todos teníamos allí lo necesario para trabajar, armas, herramientas, medicinas, pantallas de televisión que comunicaban cada apartadado… El sótano era bastante grande porque ocupaba toda la zona de la mansión incluyendo el parque, y sería nuestra base de operaciones. Richard lo había preparado todo, pero… ¿por qué no me había dicho nada? Seguramente pensó que no iba a permitir que otras personas ayudaran en la investigación, y estaba en lo cierto, si lo hubiera podido impedir lo hubiera impedido.
Confiaba ciegamente en ese grupo, pero solo por una razón, porque Richard lo había elegido. En fin, mi camino y el de ellos se unía, después de tres años de trabajar sola, volver a compartir un trabajo con compañeros de equipo no iba a estar mal.

“Sí Elena, pero ya sabés que no tenés que encariñarte con ellos, son carne de cañón como todos los demás, como vos misma…”

Sí, eso era cierto.

Urssula tenía cara de no saber exactamente para qué estaba ahí, de hecho todos estaban más o menos igual, aunque estaban fascinados por las armas y herramientas que había dejado Richard, lo que puede hacer el dinero…
Mientras todos iban a sus respectivos apartados para comenzar a trabajar, vi como Taichi tomaba un arco, lo tensaba y arrojaba una flecha a un blanco.
-¿Por qué usas un arco si tenés miles de pistolas acá?
-No tenés la menor idea…
No, la verdad que no la tenía, yo prefería las pistolas y las balas, eran más efectivas.
-Candy, ¿me ayudás con la armadura?
-¿Te la vas a poner ahora?- me preguntó Taichi.
-¿Preferís que la pruebe ahora o cuando estemos en plena acción?
Me calcé esa hermosura y comencé a probar los movimientos, miré la palma de mi mano, la cerré y la volví a abrir, el sistema motriz parecía estar bien. Salté hacia el techo, unos diez metros, no estaba nada mal. Estaba más liviana que antes, Richard había vuelto a mejorarla. Makarov me miraba sorprendido, creo que quería una armadura como esa para él… me pregunté qué tan seguro era mostrarle a todos cómo funcionaba.
La visión nocturna estaba bien, al igual que el sistema de puntería. Investigué un poco más y encontré visión térmica y anti-flash.
Sin duda, el mejor trabajo de Richard.

Bueno, era hora de empezar a planear cómo íbamos a seguir con la investigación. Antes de eso les conté lo que había pasado en el puerto. Le dibujé a “Rapsy” el logo que había visto en los uniformes de los guardias de seguridad para que investigara sobre ellos.
-Dejame ver qué puedo hacer.
-German soldiers- dijo Taichi.
-Conocés a ese grupo.
-No mucho…
-¿Tu armadura tiene una cámara?- preguntó Mijail.
-Creo que sí…
-¿Podríamos ver la grabación?
-Obvio- dijo Candy y la trasmitió en una de las televisiones.
Gracias a esa grabación obtuvimos un rostro, parecía un alemán.
-Bueno, tenemos dos pistas, habría que ir al puerto a ver que encontramos y también habría que buscar a este hombre.
-Ok, yo voy al puerto- dijo Taichi y comenzó a calzarse esos “rollers” que usaba.
-Bueno, yo voy a ver qué puedo hacer para buscar información- dijo Rapsy y se fue.
-Candy, ¿podemos conseguir información de lo que salió del puerto? Supongo que podés meterte en el sistema de la aduana.
-No hay problema.
Al rato volvió con una carpeta enorme con mucha información…
-Podrías haberlo resumido…
Empecé a buscar pero no parecía haber nada ahí, habían hecho los trámites “por la puerta de atrás”, nada estatal, eran cargamentos privados de las corporaciones.
Bloodearth era algo callado, no dijo mucho pero sabía que cuando hubiera que ir a pegarle a alguien él sería el primero en ofrecerse. Me caía bien, creo que ambos íbamos a ser la fuerza de choque del grupo.

*****

Mientras Taichi y Rapsy iban a investigar les conté a Urssula, Mijail y Bloodearth lo que había pasado en la policía tres años atrás, lo del robo de los archivos que contenían información para crear cyberimplantes mejorados. Pero ellos querían saber qué tan mejorados eran.
-Imagínense doscientas, trescientas armaduras como esa dando vueltas por ahí…- les dije.
-Entonces la idea es averiguar quién los está fabricando- dijo Mijail.
-Sí. Por eso fui al puerto, teníamos una pista que llevaba ahí, parece que los están exportando.
Enseguida Urssula y Mijail comenzaron a desentrañar los tipos de materiales que se deberían usar para crear algo como eso. No entendí mucho, ese terreno no lo manejaba en absoluto.
-Podemos seguir la ruta de los materiales- señaló la chica a la par que Mijail.
-Esa es una buena idea, quizás nuestro amigo Rapskalion pueda averiguar dónde se consiguen y seguir esa pista.
Cuando Taichi volvió del puerto dijo que ahí no había nada, habían sacado todos los conteiners, y había visto a dos hombres que llevaban armaduras más “gruesas” de lo normal…
-Podríamos secuestrar a uno- dijo Mijail y a todos nos pareció una buena idea.
-Bueno, entonces vamos al puerto y dejamos al alemán para después- dije.
Enseguida Urssula fue a su apartado para crear una droga que durmiera al susodicho. Cuando terminó Taichi le agregó una sustancia y dijo:
-Ahora está mejor.
Urssula usó el líquido en una rata y vio que la dejaba totalmente paralizada. Acto seguido volvió a crear el somnífero.
-Usá este- dijo entregándole la muestra.
Taichi ya se había guardado para él la dosis paralizante, y cargó la pistola para jeringas con la droga de Urssula.
-Candy, anotá comprar veneno para ratas- le dije.
-¿Por qué? Es como un hámster cuando te acostumbrás.
Esa mujer era muy extraña…

El plan era simple, Taichi dormía a uno de los tipos estos mientras Bloodearth y yo creábamos confusión en el puerto (o sea, desastre, tiros, muertos). Mijail y Urssula fueron en el camión con Candy. Rapzy se quiso quedar en la mansión, no iba a arriesgarse en una misión suicida como esa. “Misión suicida”, toda misión que incluyera esas palabras me atraía en extremo.
Salimos en el camión, bajé con la motocicleta y vi a Bloodearth saltar como si nada del camión en movimiento. Nos acercamos a las puertas, había un guardia de seguridad en la cabina, pero enseguida el indígena sacó su hacha y se encargó de ajusticiarlo… bien, ya sabía desde un principio que esa no iba a ser una misión de infiltración.
Enseguida comenzó a sonar la alarma, mientras Bloodearth sostenía la puerta abierta con la fuerza de sus brazos y yo me escurría hacia dentro del complejo, no me gustó nada pero tuve que dejar mi moto afuera. Varios guardias de seguridad del puerto comenzaron a rodearnos, desde las barandas de los edificios contiguos hasta los que se nos acercaban por la calle.
-Dejá la puerta- le dije y él me obedeció para comenzar una terrible masacre. A uno de los guardias lo partió a la mitad con su hacha, a otro lo agarró de la cabeza y se la aplastó, a otro le sacó la columna vertebral del cuerpo… muy violento, pero efectivo.
-Candy, tuve que dejar la moto, pasá a buscarla.
Comencé a golpear a los que se nos acercaban del frente pero los de arriba nos disparaban y estábamos complicados. Otra vez le dispararon a mi armadura, y varias balas la atravesaron, en fin, no era la primera ni la última vez que iba a comer plomo.
-Taichi, buscá al tipo.
-Ya lo busqué, no está. Tenemos que salir de acá.
La sirena seguía sonando y vi como Taichi en una muy buena maniobra se agarraba de la baranda y se dejaba caer, los que estaban en el otro edificio eran acribillados por sus propios compañeros.
-Bueno, llevate a cualquiera- le dije, no iba a dejar que desperdiciáramos del todo esa maniobra.

*****

Afuera Mijail se encargaba de volar la puerta con sus explosivos, mientras Urssula iba a buscar mi moto y le pedía a Candy que retrasara a la policía, ella le entregó un aparato para que lo ubicara en algún semáforo y creó un pulso electromagnético para provocar un caos en el tránsito y ganar tiempo.
Pero la alarma seguía sonando, y si bien la barricada funcionó a lo lejos se escuchó el ruido de helicópteros a punto de llegar.
-Salgan de ahí, rápido- dijo Urssula por el comunicador varias veces.
-Tengo a uno, me voy, después les doy mi ubicación- dijo Taichi y desapareció.
Candy entró con la camioneta blindada y se llevaron a Bloodearth bastante herido y cubierto de sangre, mientras yo subía detrás de Urssula en mi moto y Mijail usaba la ametralladora contra los nuevos invitados a la fiesta, una camioneta negra con hombres vestidos de negro y rifles que nos disparaban. No había forma de salir por el frente.
-A los barcos- dijo Urssula.
Yo podría haber manejado más rápido pero iban a dispararle a Urssula que estaba sin armadura, así que dejé que ella se encargara de conducir mientras yo nos cubría las espaldas.
Candy aceleró para caer sobre la cubierta del barco sin problemas, Urssula y yo también llegamos a salvo y disparamos contra los hombres que estaban en la dársena mientras Candy se encargaba de arrancar el barco. Habíamos escapado, pero esa misión de táctica no había tenido nada, evidentemente necesitábamos un líder, habíamos hecho cualquier cosa, pero bueno, al menos teníamos a uno de los guardias de seguridad.

*****

-Taichi ¿dónde estás?- le preguntó Candy.
-En una cloaca, tengo a un tipo.
-Ok, quedate ahí que te pasamos a buscar.
Urssula empezó a estabilizar a Bloodearth que estaba bastante herido, por no decir que estaba casi muerto. Yo le pedí a Candy que me ayudara a sacarme la armadura, estaba bastante dañada, tenía agujeros por todos lados, no pude dejar de imaginar que esas balas me hubieran dado a mí de no ser por ella.
-¿Vos estás bien?- me preguntó Urssula.
Le señalé mi espalda.
-Nada que no me haya pasado antes.
-Te voy a tener que sacar el látex- me dijo sonriendo, Mijail observaba con mirada lujuriosa la situación.
-No, prefiero esperar, gracias.
Pasamos a buscar a Taichi que subió al tipo al barco y lo mantuvo vigilado mientras nos acercábamos a la base de operaciones.
“Señores pasajeros, por favor agárrense fuerte ya que realizaremos un anclaje de emergencia” se escuchó por el altavoz. Todos nos agarramos de alguna baranda y sentimos el impacto del barco contra la tierra.
Les dije que iba a irme en la moto y Urssula quiso venir conmigo. Se subió detrás de mí y me abrazó la cintura, no sin antes mirar a Mijail, a Bloodearth y a Taichi con ojos pícaros.

*****

Cuando llegamos Rapsy estaba mirando la tele, tenía puesta una corbata de Richard y tomaba whisky. En las noticias anunciaban: “Guerra de pandillas en el puerto”.
Bajamos a la enfermería, ahora trasladada al sótano, para que Urssula nos tratara las heridas, pero pudimos verificar que si bien era “médica” lejos estaba de haber conseguido eso mediante un título universitario.
-Creo que eso que me pusiste me arde…- le dijo Taichi.
Urssula enseguida le sacó esa crema y le aplicó otra. Luego de tratar a los que estaban más heridos, léase Bloodearth y Taichi, se concentró en sacar las balas de mi espalda.
-¡Auch! Eso dolió…
Si las fantasías de Mijail y Rapzkalion eran grandes, creo que ahora se habían multiplicado, el panel era medio traslúcido y se veían las formas del otro lado. En fin, era divertido pensar que estaban fantaseando con nosotras. Me recordó las viejas épocas en que hacíamos eso mismo con Amy, a ella le encantaba y me arrastraba a mí en sus jueguitos…
-Perdón…- me dijo y siguió trabajando.
Taichi había atado de pies y manos al tipo que había traído, cuando despertó gracias a las drogas de Urssula comenzó a interrogarlo.
Nada, ninguna pista, habían contratado a esa pandilla para cargamentos privados, el tipo no tenía ni idea de lo que había adentro de los conteiners, al menos ahora sabíamos con certeza que estaban metidas las corporaciones. Le pregunté si conocía al alemán de la foto, me dijo que no y no estaba mintiendo.
-¿Y ahora qué hacemos con él?- dijo Taichi.
-Lo matamos- dijimos Mijail y yo.
-¡No! Podemos darle una droga para que se olvide de todo en las últimas veinticuatro horas- dijo Urssula.
-Y yo después lo tiro en algún lado- aclaró Taichi.
-Ok, si se va a olvidar de todo entonces no lo matamos.

Me fui a mi habitación, un baño en el shakuzi me iba a venir muy bien. Me relajé y disfruté el baño, tenía el celular al lado mío, lo agarré y marqué el número de Richard.

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