viernes, 30 de abril de 2010

Fecha 6: Resurrección

Elena


Cuando me levanté de la barra el dolor en la pierna había sido insoportable. El barman tomó un trapo y me hizo un torniquete para que dejara de sangrar. Seguía escuchando a Taichi que seguía golpeando el cadáver sobre el asfalto. Subí las escaleras a duras penas, las chicas estaban muy asustadas así que lo primero que dije fue:
-Ya todo terminó- y pregunté rápidamente- ¿Alguna de ustedes es Natalie?
-¿Natalie? ¿Dónde está Natalie?- dijo una de ellas.
Empecé a buscar y la encontré en uno de los cuartos que estaban al fondo del pasillo.
-¡Hey! ¡Hey!- le di golpecitos en la mejilla y ella se despertó sobresaltada.
-¿Quién sos?
-Soy amiga de Taichi.
Ella comenzó a llorar así que le dije:
-Tranquila- le puse una mano sobre el hombro- él está herido pero sobrevivirá. Vamos.
Me abrazó llorando y me dejó que la condujera abajo.
Rapsky y Bloodearth estaban revisando los cadáveres. Bloodearth los tomaba del tobillo los sacudía y luego los tiraba hacia atrás descartándolos. Rapsky miraba lo que caía al suelo y encontró una jeringa con restos de algún tipo de droga de color verdoso que no conocía.
El barman le sirvió un whisky doble a Natalie y yo le pedí más, era lo único que hacía que soportara el dolor de la pierna.
-¿Encontraste algo Rapsky?
-Sí, esto- dijo mostrándome la jeringa.
-¿Sabés qué es?
-No.
-Hay que llevárselo a Urss para que lo analice. Natalie ¿qué pasó arriba?
-No sé… empezaron a disparar… un chino vino y me arrastró hasta un cuarto…
-Creo que lo hicieron para que viniera Taichi- dije mirando a Rapsky.
En ese momento el barman pareció reconocer a uno de los hombres muertos.
-Ese es el mexicano…
-¿Lo conocés?- Le preguntó Rapsky.
-Sí, lo vi otras veces… creo que era de una pandilla.
Rapsky enseguida usó el teléfono del bar para hacer una llamada y lo confirmó, era un ex miembro de “movimiento latino” una pandilla de mexicanos.
-¿Será una pandilla de ex miembros de otras pandillas?- le dije.
-Habrá que esperar que venga Taichi y preguntarle por ese chino…
-Dejá que yo voy a buscarlo.
Afuera Taichi seguía golpeando al cuerpo, la cabeza ya era una masa sanguinolenta sin forma.
-¡Hey! Deberías dejar eso, tu novia te necesita.
Él golpeó varias veces más, ya sonaba el ruido del metal contra el asfalto, se paró y entró, cuando llegó miró a Natalie y se desplomó sobre la barra.
-Creo que vamos a tener que esperar por las respuestas- marqué en mi celular- Candy, necesito que nos vengas a buscar. No puedo conducir y Taichi está herido.
-Ok, dame media hora- me respondió.
-¿Media hora? Bueno dale, decile a Urss que le llevamos un regalo.
Mientras venía Candy, Rapsky habló con el barman por los arreglos del bar, era uno de sus negocios y al parecer Natalie trabajaba para él.
-Vas a tener que venir con nosotros- le dije- al menos hasta que sepamos que ya no te buscan. Es peligroso que te quedes sola.
Ella me hizo caso, no podía hacer otra cosa. Cuando llegamos a la mansión la conduje a mi habitación para que pudiera descansar ahí.
-Sentite como en tu casa, podés sacar ropa de mi placar- después pensé que seguramente a ella no le gustaría mucho la ropa que yo usaba así que agregué- y también podés cortarla o modificarla si querés…
-¿Y vos sos?
-Ya te dije que soy amiga de Taichi.
-Me refería a tu nombre.
-Elena- le dije y le tendí la mano y ella la tomó- Recorré la casa si querés, ahora tengo que irme, nos vemos después.
Bajé al sótano, Urss ya estaba atendiendo a Taichi.
-Para vos- le dije entregándole las jeringas que habíamos encontrado con Rapsky en el bar- Perdón, otra vez voy a necesitar tu ayuda…
-Siempre es un placer atenderte, bombón.

*****

Creo que dormí hasta las diez de al mañana del día siguiente, cuando me desperté fui a la habitación de Richard pero en el shacusi ya estaba Natalie.
-Perdón, pensé que no había nadie- le dije.
-No hay problema, ya te lo dejo.
-Si querés quedate ¿estuviste cómoda?
-Sí, puedo acostumbrarme a esta choza…
-Le voy a decir a Urss que te diga donde está Taichi.
-¿En qué anda ahora?
-Prefiero que te lo diga él. Es un muy buen chico tu novio.
-Si no se muere lo voy a matar yo.
Era obvio que eso no era verdad, pero seguramente le iba a pedir explicaciones a Taichi.
Me quedé en el shacusi cuando ella se fue. En el celular no tenía ningún mensaje, ninguna llamada perdida…
Llamé a Candy. Le dije que me consiguiera una entrevista con el tal Casey, no quería que ella se siguiera encargando del camión, y alguien iba a tener que ser el chofer de Armour Woman. No me hacía gracia que fuera precisamente él pero no conocía a nadie más que fuera confiable.
Me fui a poner ropa formal para recibirlo, llegó con Pulika y Malik los amigos de Urss.
-Me gusta este lugar- dijo Malik- permiso.
-Atrás hay una pileta, pasen si quieren.
Los dos salieron y Casey se quedó conmigo.
-¿Querés tomar algo?
-Sí, cerveza estará bien.
Fui a la heladera y saqué dos latas.
-No sé si Urss te comentó algo del trabajo…
-No dijo mucho ¿qué hay que conducir?
-Un camión
-Está bien, puedo hacerlo ¿y qué se supone que transporto?
-Seguramente habrás escuchado o leído sobre una mujer en armadura que anda dando vueltas por ahí y que vale cinco millones.
-¿Me estás ofreciendo un trabajo donde tengo que trasportarte a donde haya tiros y muchas probabilidades de morir? Acepto.
Ese hombre efectivamente estaba loco.
-Creo que no hace falta que te diga que es extremadamente confidencial.
-No te preocupes por eso.
-El dinero no es problema.
-Eso no me importa si voy a ser tu chofer.
-Vas a tener que estar donde yo diga en el momento que yo diga.
-Está bien, estoy acostumbrado a llegar primero.
¡Maldito! Me las iba a pagar… Me tragué mis palabras, tendría que soportarlo por el momento, además ahora estaba el pequeño detalle de que conocía mi “identidad secreta”.
-Podrías haber venido antes y no en la última carrera para quitarme la posibilidad de subir a la liga…
-Mala suerte, no pude llegar antes. Pero no te pongas mal, conducís muy bien.
-Sí, claro… ya me vas a enseñar a tomar las curvas así, y me refiero a las carreras de moto- dije antes de que pudiera retrucar.
-Si conducís por las alcantarillas esquivando balas aprendés.
-Entonces creo que no quiero saber. Algo de EE.UU. me contó Urss. En fin, podés quedarte en la mansión si querés.

*****

Era momento de ir a ver a Urss, ya estaban los resultados de los análisis de las muestras.
-Lo que trajeron es Bloodearth sintético.
-¿Qué?- dijimos al unísono.
-Eso, convierte al que se lo inyecte en copias de Bloodearth. Los efectos son una considerable degradación nerviosa.
-¿Y qué pasó con las ratas?- preguntó Taichi.
-Ninguna sobrevivió, la única que quedó es la que experimenté las células de Bloodearth, y ya está un centímetro más grande.
-¿En cuanto tiempo podría matar a un humano?
-No sé con exactitud, las ratas duraron un día.
-Lo están probando en las pandillas, como a los cyberimplantes- dijo Taichi.
-¿Conocías al chino? ¿Te buscaban a vos no?
-Yo fui el responsable de que lo expulsaran de su pandilla. Estábamos jugando un juego y él rompió las reglas usando armas de fuego. Yo lo marqué y los suyos lo expulsaron.
Miré a Rapsky.
-Entonces puede ser una pandilla de exiliados como habíamos pensado. Urss ¿te serviría tener un cuerpo para ver los efectos que provoca la droga?
-No me gustan los cuerpos frios, pero sí…
-Rapsky ¿podemos conseguir uno?
-Sí, pero creo que esto es un tema personal de Taichi, no deberíamos desviarnos del plan.
-No nos vamos a desviar, pero tanto la droga nueva como los cyberimplantes y el monstruo del otro día pueden estar relacionados.
Rapsky marcó un número y dijo:
-Hey Martin ¿qué hiciste con todos los fiambres? Ok, guardame uno, lo paso a buscar.
-Tengo que hablar con mis compañeros, deberíamos advertirles de lo que está pasando a los que podamos- dijo Taichi.
-Ok, hablá con los que puedas.

Mientras Rapsky se encargaba de ir a buscar el cuerpo fui al garage, tenía que arreglar la moto de Richard, el día anterior había “sufrido” un choque contra la barra del bar y ya ni siquiera arrancaba. Cuando llegué lo vi a Casey reparándola, tenía unos jeans holgados y no tenía puesta la remera.
-Venía a reparar la moto de mi jefe, pero veo que ya te estás encargando.
-Sí, estaba aburrido ¿me pasás una llave de cinco y medio?
Fui hasta la caja de herramientas y le alcancé lo que me estaba pidiendo.
-Que raro que una mujer sepa estas cosas…
-La moto roja que ves allá la armé yo.
-Pasame la de ocho y cuarto.
Le fui pasando lo que necesitaba, algunas piezas estaban abolladas así que me encargué de eso. La moto quedó bastante bien cuando terminamos.
-Bueno, quedó bastante bien.
-Creo que no se va a dar cuenta de lo que pasó.

Otra vez se acercaba la noche. Richard no daba señales de vida y yo estaba cada vez más preocupada. Les dije a todos si querían ir a tomar algo, no quería quedarme sola pensando en él. Fui a buscar la Harley y lo encontré a Casey subiendo a su moto.
-¿Te llevo?
-No, voy en la Harley ¿una carrera?
-Bueno dale, ¿qué apostamos?
-Lo iba a hacer porque sí.
-Es más divertido apostar.
-Bueno, ronda de cerveza para todos.
Arrancamos en el primer semáforo y en la primer recta quedé primera por muy poco, era muy bueno. Pasamos varios semáforos en rojo hasta que un camión se atravesó en mi camino, no quería perder ventaja así que intenté pasar por debajo pero no lo logré y me caí de la moto. La Harley quedó destruida por segunda vez.
-¿Estás bien?
-No- dije claramente enfadada.
-Subí que te llevo.
-No voy a dejar la moto acá.
Era la moto favorita de Richard.
-Andá que yo la llevo- me dijo y me ofreció su moto.
No le respondí nada, solo arranqué y me fui a toda velocidad. No quería seguir hablando. Maldito, sino hubiera estado herida hubiera podido ganarle…
En el bar Rapsky trajo dos mujeres a la mesa, Bloodearth estaba como su guardaespaldas. Yo no les presté atención y seguí tomando whisky. No sé bien que pasó pero dos tipos quisieron armar lío diciendo que las dos chicas eran suyas. Recuerdo que quise pegarle a uno pero entre mi estado de ebriedad, las heridas y el horrible mal humor que tenía no le hice ni cosquillas. El que sí los puso en su lugar fue Bloodearth.
-Chicos, yo me voy.
Subí a la moto de Casey, la puse en marcha y salí por la carretera. Sentía dolor en la pierna, creo que la caída me había dejado nuevas heridas, menos mal que a Urss le gustaba atenderme.
El alcohol hizo el efecto esperado, solo necesité acostarme en la cama para quedarme dormida.

*****

Llegó el tercer día y decidí que era tiempo de ir a ver como estaba Amy, hacía varios días que no iba a verla. Me llevé la Honda porque Casey estaba reparando otra vez la Harley después del golpe de la noche anterior.
Esperé hasta el mediodía y Amy llegó. Bajó del coche, entró a la casa y levantó un sobre marrón grande. Por la ventana alcancé a divisar su sonrisa cuando vio el contenido. Empezó a hacer llamadas contando la buena nueva ¿habría sido un nuevo trabajo? Lástima no poder saberlo y compartirlo con ella. La extrañaba demasiado, igual que a Edith…

Había que hacer tiempo, así que cuando volví les dije a las chicas que iba a hacer compras si querían venir. Todas se prendieron y Candy llevó el hammer porque “entraban más cosas”. Visitamos varios locales y todas me insistían en que usara minifaldas más cortas, botas largas y tops. Terminé comprando muchas cosas que sabía que no iba a usar. Eso no era estar vestida a mi criterio, pero al ser todas contra mí no tuve opción. La salida me recordó mucho a mis salidas con Amy y Edith, hacía ya varios años que no me sentía así. Efectivamente ese grupo me estaba volviendo no solo más humana, sino que me estaba haciendo volver a ser Hillary y eso me hacía sentir bien.
Fuimos a tomar unos frozen y Natalie con Urss se fueron a sentar a la mesa de unos chicos.
-No le digas a Taichi- me dijo Natalie.
Candy dijo que iba a jugar a los videos y la acompañé.
-¿A qué jugamos?- le pregunté.
-Yo voy a jugar este.
Era un juego donde tenías que pisar las luces al ritmo de la música. Traté de jugar pero las heridas todavía me dolían demasiado para hacer eso.
-Yo mejor voy a jugar a ese.
Me subí a un simulador de carreras de moto, en el panel estaban para elegir los jugadores de Vértigo Bike, incluido él ¿Por qué también me lo tenía que encontrar en el videojuego? En fin, elegí mi propio avatar a “Lady Red” en este juego definitivamente me iba mejor.
Después de un rato las chicas me fueron a buscar.
-Los hombres pagan cualquier cosa- dijo Urss- son unos idiotas.
Lo último que compré fue un tapado de cuero negro, hacía frío afuera como para salir en minifalda, botas largas, camperita haciendo juego en rojo y top blanco. Todavía no sé cómo había dejado que me hicieran vestir de esa forma…
Lo único que yo quería era olvidarme que ya habían pasado tres días de la conversación que había tenido con Richard, y después nada, otra vez, sin saber si estaba vivo o muerto. Le había preguntado a Candy, pero a ella tampoco le había mandado nada.
¿Dónde estás? ¿Por qué siempre hacés que me preocupe así?
Cuando llegamos estaban Rapsky, Malik, Pulika, y otra vez él, jugando al billar. Ya dudaba que hubiera sido una buena idea contratarlo para conducir el camión… Dejé el tapado en el perchero y cuando me acerqué recordé por qué las chicas solían vestirse de esa forma. Todos se quedaron mirándome con cara de embobados, yo me sentía saliendo de una de esas películas de tiros cuyo único guión consta de mujeres de ropa ligera, pistolas y sexo.
-Cerrá la boca o te van a entrar moscas- le dijo Urss a Casey.
-Ahora entiendo por qué siempre se visten así…- le susurré a Candy.
Urss se fue hacia la mesa de billar con claras intensiones de “sumarse al juego” y otras cosas también. Yo no quería quedarme sola, si hacía eso iba a deprimirme pensando en él, preocupada de lo que pudiera estar haciendo y no lo quería llamar por miedo a interrumpir su misión, fuera la que fuera.
-Yo también quiero jugar, pero no sé cómo.
-Vení que yo te enseño…- me dijo Casey.
En fin, un poco de diversión no me iba a hacer mal, dejé que me enseñara a pesar de que sabía que tenía claras intensiones de otra cosa. Fui a la heladera a buscar cerveza y Urss llegó para sacarlas por mí, casi se mete a la heladera conmigo. Ese abrazo me hizo acordar a Amy una vez más. Urss puso música y se armó el baile. Natalie y ella se subieron a la mesa de billar enseguida y Candy se les unió. No pasó mucho tiempo hasta que yo también estuve ahí bailando con ellas. Ya tenía bastantes cervezas encima, de hecho ya había empezado con el whisky hacía rato. Sí, iba a emborracharme, era lo mejor, así mañana ya no iba a acordarme de nada, empezaríamos con el plan y quizás Richard enviara algún mensaje…
-¡Fiesta en la pileta!- dijo Urss y todos salimos hacia el patio interno.
No pasó mucho tiempo hasta que yo también estuve en el agua, no sé cual de las tres me tiró, pero creo que no me equivoco si digo que fue Urss.
Lo único que quería era seguir tomando whisky.
-¿A mí no me servís?- me dijo Casey.
Agarré la botella y le serví el vaso hasta el tope, hice lo mismo con el mío y casi me lo bajé de un solo trago.
Todos se estaban divirtiendo, de hecho a algunos ya no los veía… En ese momento sentí una mano alrededor de mi cintura, Casey me llevó hacia él y me besó burdamente… No pasaba nada, mañana no iba a acordarme de nada… y además, me había gustado…
Me desperté a la mañana siguiente, extrañamente no sentía dolor de cabeza... Estaba abrazada a alguien, era él. Contrariamente a lo que esperaba ¡me acordaba de todo! con lujo de detalles, y cómo no acordarme, jamás había tenido una noche de sexo como esa, ni siquiera con el idiota de Riley del que estaba perdidamente enamorada.
Lo único que me había quedado de la ropa era la minifalda y la campera de cuero roja… todo había empezado en la pileta pero después fuimos al garaje. Ese torso desnudo fue mi perdición, lo único que necesitaba para terminar de dar rienda suelta a mis más bajos instintos. No sabría decir donde fue que me gustó más, si en la moto, en el frío suelo de metal del camión o en la comodidad del convertible… Sí, definitivamente había sido en la moto…
Maldito, no solo me ganó otra vez la carrera sino que además me hizo disfrutar del mejor sexo de mi vida…
Cuando bajé a desayunar estaba Candy y también había bajado él, no podía mirarlo a la cara sin acordarme de lo bien que la había pasado la noche anterior… me volvía a acordar de todo y ya sentía el calor en mi cara.
¡Basta! Me dije. Hoy era el día en que poníamos en marcha el plan, el día que iba a morir Armour Woman, al menos por un tiempo…

Llamé a Makarov, me dijo que la copia de la armadura ya estaba lista, y que también tenía reparada a la original en su totalidad.
-¿Pudiste hacer algo para que no vuelva a afectarle esa arma?
-Sí, va a resistir las microondas si te referís a eso… y además ya está listo el brazo.
Me mostró por la pantalla como los micromisiles ya estaban instalados en el nuevo brazo.
-Ok, voy a buscarlas, tenelas preparadas, vamos a empezar con el plan… Deberías dormir un poco…
-No puedo todavía hay mucho que hacer…- era obvio que disfrutaba en exceso hacer ese trabajo.
-Candy, voy a buscar la armadura, avisale a los demás.
Casey iba a manejar el camión, obviamente lo había contratado para eso, pero no quise subir adelante con él, así que subí atrás. Lo único que me faltaba, ahora me daba vergüenza mirarlo a la cara…
Cuando llegamos a la “fábrica” que le había instalado Rapsky noté que Makarov ya tenía más ojeras que ojos, a su alrededor había tazas y botellas vacías por todos lados. El café que me sirvió tenía más whisky que café.
-¿Necesitás que te traiga algo?- le pregunté.
-No, estoy bien, estoy bien.
-En fin, vamos a empezar con el plan, cualquier cosa avisanos. Te mantenemos al tanto de la situación.
Taichi ya estaba mejor y se había levantado de la cama, le pidió a Candy la escritura en chino de “Yo maté a Armour Woman”, lo escribió con aerógrafo sobre la armadura y se filmó en primera persona. Además antes la dañó en algunas partes para mostrar signos de que había habido batalla.
Lo primero iba a ser subir el video a internet y esperar las repercusiones. En el video se dejaba un mensaje críptico del lugar donde iban a dejar la armadura.
Casey se encargó de dejar el camión que habíamos comprado especialmente para la ocasión en un lugar puntual con la copia de la armadura y Candy le puso un dispositivo para que se abrieran las puertas a la hora señalada.
Casi al mismo tiempo que Candy subió el video a la red le mandé un mensaje a Richard, el mensaje solo decía: “Estoy bien”. Esperaba que lo leyera.
El rumor se esparció rápidamente. Los medios de televisión emitieron el video que Candy había subido a la red, todo el mundo lo vio. Cuando llegó el momento y se abrieron las puertas del camión enseguida los medios estuvieron ahí. Taichi y yo estábamos en el sótano, analizando toda la situación, grabando todos los programas. “Mataron a Armour Woman” era el titular en todos los noticieros.
La zona no tardó en convertirse en un desastre. Se armó un tiroteo, pero todavía quedaban algunos periodistas seguían informando poniendo en peligro sus vidas, así que pudimos ver casi toda la situación. En un momento la armadura desapareció pero no pudimos ver quién la había sacado del camión debido al humo de las explosiones. La seguimos con el rastreador hasta el Banco Corporativo, la señal se detuvo allí.
-Supongo que no podés entrar- le dijo Taichi.
-Ni loca- le dijo Candy.
-Entonces supongo que solo queda detonarla- dije.
-Eso si llega nuestra señal- dijo Taichi.
-No perdemos nada con intentarlo- dije y activé el mando a distancia.
-Dale.
No íbamos a estar seguros de si explotó o no, pero al menos el plan parecía haber funcionado. Habíamos ganado tiempo.

*****

“Se solicita la presencia de la liga de la justicia en el sótano”
Era Candy la que nos llamaba, prácticamente salí corriendo, esperaba que fueran noticias de Richard, y lo eran.
-Tengo noticias del jefe- dijo Candy y puso un video en la pantalla gigante.
En él aparecía Richard junto a otras dos personas que no conocía, pero que sí parecían conocer los demás… al menos por las expresiones que vi.
“Estuvimos viendo lo que hicieron, y realmente están trabajando muy bien, es momento de que tengan algunas respuestas…”
-Y ese momento es ahora.
La voz de Richard venía de atrás mío, suspiré aliviada, gracias a dios estaba bien.
Richard y sus hombres se sentaron a la mesa, los nombres de sus compañeros eran Owen y Robert, los que habían reclutado a Taichi y a Makarov.
-Está bien, los escuchamos- dijo Taichi.
-Estuvo muy bien el trabajo que hicieron hasta ahora, no vamos a hablar del pasado de cada uno, pero ni ustedes ni nosotros somos héroes, si ustedes están acá es porque algo de su pasado los ata a este grupo- el que hablaba era Richard- Y hay cosas de las que no puedo hablar aún porque tengo que hablarlas primero con Elena- dijo y me miró.
Quería saber más pero no quería interrumpir la reunión grupal así que le dije:
-Está bien, respondé las dudas de los demás primero, después hablamos de eso.
-Nosotros no trabajamos para ninguna organización o gobierno, somos un grupo independiente que trabaja para la ONU.
-La ONU no existe- dijo Taichi- o eso se dice.
-Nosotros no somos héroes, nos ensuciamos las manos para tratar de limpiar las calles del poder de las corporaciones. Ustedes tampoco son héroes, y lo indica el hecho de que estén acá. Las cosas se van a poner más complicadas, ya habrán escuchado por Urssula y sus amigos lo que pasó en Estados Unidos, eso trajo consecuencias a nivel global, Europa y el Bloque Rojo entraron en guerra. Las principales capitales de Europa, Amsterdam, Madrid, Paris, están destruidas... y Canadá se convirtió en una potencia.
-Ok… y qué se supone que vamos a hacer de ahora en más ¿vamos a seguir con el plan?- dijo Rapsky.
-Por supuesto.
-Al que no le gusta puede renunciar… para siempre…- dijo uno de los hombres que estaban con Richard.
-Si vamos a meternos a pelear con las corporaciones ¿qué posibilidades hay de que podamos tener armaduras parecidas a la de Elena?- preguntó Taichi.
-No puedo decir nada de eso hasta que no hable con ella, porque no fui yo el que creó la armadura.
-Era una sugerencia, vamos a hacerlo igual con o sin eso…

*****

Richard me llevó a la terraza para hablar a solas. Sabía que me iba a revelar eso que hasta ahora no se había animado a decirme.
-Bueno, es momento de responder tus dudas.
-En la reunión dijiste que no habías sido vos solo el que creó la armadura…
-Yo solo terminé de armarla, el verdadero creador de ella fue tu padre.
-Sí, ya me lo esperaba.
-Los planos originales están en un lugar seguro, un lugar donde nadie va a buscarlos, en la tumba de tu hermano.
Me quedé callada unos segundos hasta que pude formular las palabras.
-¿Hermano? ¿Tuve un hermano? Nunca me habló de eso…
-No, era muy doloroso para él, tu madre y tu padre decidieron que no iban a decirte nada. Él quería que tuvieras una vida normal.
-¿El murió antes de que yo naciera?
-Sí. Tu padre estaba por entrar a la Universidad de Ingeniería cuando tu madre quedó embarazada, por eso falló la prueba a propósito y comenzó a trabajar en la policía. Investigó mucho por su cuenta, pero hubo algo que lo destruyó, a ambos. Un día un cyberimplantado entró a robar a una tienda y asesinó a tu hermano.
No sabía que decir… así que Richard continuó.
-Él no imaginaba que ibas a ser vos la que usara la armadura.
-Supongo que él no hubiera querido que la usara, se preocupaba mucho por mí… ¿Mi padre trabajó en su grupo?
-No, él me dejó todo a mí cuando se fue de la policía.
Tenía muchas preguntas pero esa revelación me dejó sin palabras ¿Un hermano? ¿Asesinado por un cyberimplantado?
-Quisiera ir a ver la tumba de mi hermano.
-Te llevo.

Estaba lloviendo pero yo no había llevado paraguas, tenía el pelo mojado, el piloto me cubría. Quería sentir el frío. Un hermano, jamás me habían hablado de él ¿qué hubiera pasado si él siguiera con vida? ¿Hubiéramos estado trabajando ambos en la policía? Era inútil seguir preguntándose “qué hubiera pasado sí…” de hecho ya no quería seguir preguntándome eso en ningún aspecto.
Dejé las flores que había comprado sobre la lápida.
-Los planos originales de tu armadura están en la tumba de tu hermano.
-Y creo que lo mejor es que se queden ahí por el momento.
-No se podrán hacer más armaduras como la tuya, hubo piezas que ya estaban armadas, yo solo la terminé, pero fue tu padre en que las fabricó, además es algo muy complejo de realizar… Tu padre la pintó de color azul porque era el color favorito de tu madre.
Eso era cierto, el color azul muy fuerte, era el color favorito de mamá.
-Le dije a Candy que volviera a activar el sistema de autodestrucción, no quiero que si me pasa algo caiga en las manos equivocadas… Me dijo que habías sido vos el que lo desactivó…
-Así es.
-¿Estás preocupado por mí?- le pregunté sonriendo.
-Siempre.
-Porque yo sí me preocupo cuando estás tres días sin mandar un mensaje…- otra vez ese tono de enfado que me salía con él- ¿Te vas a volver a ir?
-No, por el momento.

Le dije a Richard que me dejara en mi casa, tenía muchas cosas que pensar y no quería volver a la mansión.
¿Sabía mi padre que yo iba a terminar usando la armadura que había creado? Probablemente no, seguramente él no lo hubiera querido, se preocupaba mucho por mí, no me hubiera dejado siquiera acercarme a ella. Había mantenido su vida en absoluto secreto, pero no me esperaba que me hubiera ocultado la existencia de un hermano.
Seguramente sufriste mucho papá… y mamá también… Richard me dijo que no pudieron probar nada, pero estoy segura de que la asesinaron, jamás creí lo del “accidente de tránsito” y ahora después de saber todas estas cosas lo creo menos.
¿Pero para qué peleo ahora? No sé quién se robó los planos de los cyberimplantes de la policía, una corporación, según dijo Richard, pero no sabemos cuál. Qué venganza puedo cumplir sino sé contra quién debo cumplirla… Quizás debería dejar de pensar en esto en términos de venganza, quizás debería pelear por algo más elevado que eso, Richard decía que no éramos superhéroes, eso era cierto, pero yo quería pelear por los mismos valores por los que peleaban ellos. Libertad para todos, incluso para los amigos de Urssula, para que pudieran venir desde EE.UU. aquellos que necesitaran un lugar donde vivir… ¿Sería muy ingenuo e idealista pensar así?
Hermano, me hubiera gustado mucho conocerte… no había llorado cuando estuve frente a su tumba pero ahora las lágrimas rodeaban mis mejillas, juré que no iba a volver a llorar, pero llorar por mi hermano estaba bien… Sí, era mejor que los planos originales de la armadura se quedaran allí, era el mejor lugar para protegerlos, mi hermano Jeremy los iba a proteger.
Además de eso tenía que hacer otra cosa ¿a quién podía dejárselo? Sí, a Candy, sé que en ella puedo confiar. Ella se lo iba a entregar si me pasaba algo.
Fui hasta el escritorio, agarré un block de notas y un sobre. No iba a ser muy largo.
“Para Taichi.
Creo que sos el más indicado para hacer esto, necesito un plan B por si llega a pasarme algo. Si en algún momento llego a desaparecer con la armadura Candy te va a dejar este sobre. La clave para destruir la armadura es 19.JAN.2000.
Sé que no vas a dejar que caiga en manos equivocadas.
Gracias.
Elena”
Richard había dicho que ahora las cosas iban a ser mucho más complicadas… eso significaba que había más riesgos y yo quería estar preparada. Si me pasaba algo y yo no podía activar el sistema de autodestrucción, seguramente Taichi lo iba a hacer por mí…
Ahora que ese tema ya estaba resuelto tenía que pensar en otra cosa más… Sí, había riesgos de morir… eso siempre lo había sabido pero ahora yo ya no era la misma, ahora estaba viva de nuevo, y quería vivir los días que me quedaran junto a Richard. Era momento de decirle lo que sentía por él, ya no tenía sentido seguir ocultándolo…
Y si él no sentía lo mismo por mí iba a llorar bastante sí, por un tiempo, era bueno saber que podía llorar de nuevo… y después de llorar lo suficiente me arrojaría en los brazos de Casey.

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