miércoles, 2 de junio de 2010

Fecha 11: Testamento

Candy

“Richard nos sigue retaceando información. Bar Burning Chains”

El pizarrón de Makarov decía esas palabras, estaba segura que eran de Urssula. Claro ellos no estaban acostumbrados, yo había trabajado así durante tres años… No me molestó, después de lo que pasó hoy creo que Richard nos debe odiar a todos, así como todos lo odiamos a él. Quizás “odiar” sea una palabra muy fuerte para este caso… no es odio, es más que nada bronca.
Fue muy raro cuando todos le dijeron lo mismo que yo pensaba, basta de ocultar información, basta de querer arreglar todo solo, somos un equipo, y sino querés estar en él podés irte, o nos vamos nosotros.
Si cada uno decide actuar y morirse eso es decisión de cada uno, no decisión tuya. No nos vas a mandar al muere, eso lo vamos a decidir nosotros.

*****

Sí, tenía mucho que pensar… mucho que hacer… y no había tiempo. Los “tres fantásticos” habían traído un tanque de recuperación y Urssula había dicho que necesitábamos pasar un día en él para recuperarnos antes de la batalla. En cinco días parecía que todo iba a estar en perfectas condiciones para hacer lo que nos sugería nuestro “nuevo jefe” por unanimidad: Robert. Entrar al barrio corporativo y ser los causantes de una guerra en la ciudad… sí, era una locura, pero a mí me gustaban esas cosas, y todos estuvimos de acuerdo, basta de escondernos, basta de hacer todo por atrás sin conseguir resultados, íbamos a entrar de una vez por todas por la puerta del frente.

*****

Cinco días, mucho para hacer…
-Me voy de compras.
-¿Y a dónde vamos?- me dijo Casey.
-Quiero una cuatro por cuatro y una moto nueva.
-Me va a gustar ir a comprar esas cosas.
Fuimos a una concesionaria de Toyota. Probé dos modelos, la Hilux y la Tacoma, pero me quedé con la primera en color negro, era más cómoda y más linda. Jamás pensé que iba a terminar manejando una de esas, siempre me habían gustado pero obviamente mi fuerte siempre habían sido las motos, jamás había querido aprender a conducir autos o camionetas hasta que Casey me enseñó…
-¿Vas a llevar una de esas o vas a seguir probando? No es que me moleste verte subir y bajar una y otra vez…- dijo Casey.
-Voy a llevar esta- le dije al vendedor y le extendí la tarjeta de crédito dorada.
Firmé los papeles y le dije a Casey.
-Subí, yo conduzco, voy a probar esta belleza.
Casey subió y puso los pies arriba del tablero.
-Sacá los pies de ahí.
-Convenceme…
-Te dije que saques los pies…
Pero no me estaba haciendo el mínimo caso, así que le dije:
-¿Qué querés para bajar los pies?
-¿Qué estás dispuesta a ofrecer?
Me acerqué y lo besé.
-Ahora sí, bajá los pies.
Él me hizo caso y arranqué. Me enamoré de la camioneta desde que la había probado, quizás no faltaba mucho para que también me enamorara de él.
-¿A dónde vamos?
-A buscar mi nueva moto.
Fui a una concesionaria de Honda y compré el modelo que más me gustaba, iba a tener que hacerle algunos arreglos pero esa iba a estar bien para Armour Woman… Aunque ahora con las armaduras que había creado Makarov éramos un “Armour Team”
-¿Y para qué querés otra moto si ya tenés una?
-Tengo otros planes para esa moto…
-¿Terminaste de comprar cosas o vas a seguir?
-Me falta una cosa más…
Dejé la camioneta en el estacionamiento y entramos al Shopping. Busqué una joyería bastante cara y entré.
-Hola señorita ¿en qué puedo ayudarla?
-Estoy buscando pulseras… de plata, no, mejor de oro blanco.
-Ah sí, como no, mire tiene estas con diamantes engarzados…
-Genial, quiero cuatro de esas iguales ¿Cuánto tiempo llevaría grabarlas?
-Una media hora.
Le dejé un papel con lo que quería grabarle a las pulseras:
“Candy, Natalie, Urssula y Elena – Amigas para siempre”.
-Tenemos que esperar media hora- le dije a Casey.
-Bueno, vamos, te invito un helado.
Acertó bastante bien con los gustos que eligió para mí, era raro, hacía mucho tiempo que no me sentía así… desde que había estado con el idiota de Riley que no tenía una cita con nadie.
-¿Qué planes tenés para después?
-Tengo que averiguar algo, vos debés saber… ¿Dónde puedo tatuarme? ¿Vos sabés tatuar?
Él se miró los brazos y se rió.
-Creo que es más que obvio que sé.
-Genial, podés tatuarme vos entonces.
-¿Y qué querés tatuarte?- su mente ya estaba yendo para otros senderos que no tenían que ver más que con sexo, obviamente no me molestó.
Señalé mi muñeca izquierda y le dije:
-Amy
Luego señalé la derecha.
-Edith
No hizo comentarios al respecto, así que le dije.
-Después podés tatuarme algo en donde vos quieras.
Creo que la idea le gustó, de hecho fue a comprar los materiales necesarios, por poco y se compra también el local.
Cuando estuvieron las pulseras las fui a buscar, volvimos al estacionamiento y le dije:
-Bueno ¿dónde vamos entonces?
-A mi casa.
-Ok, indicame el camino, yo conduzco.
Cuando llegamos abrió la puerta y gritó:
-¡Fuera! ¡Salgan de acá!
-¿Eh? ¿Qué pasó?- dijo Pulika que se despertó de repente con la orden.
-¡Vamos, rajen!
-Ok… ok…
-Perdón chicos- les dije mientras un Pulika y un Malik medio dormidos se iban del departamento.

*****

Amy y Edith ellas iban a ser mis puños…

-Te va a doler un poco.
-¿Me estás jodiendo no? Urss me acaba de sacar quince balas del cuerpo.
-¿Cómo querés que los escriba?
-¿No tenés un catálogo o algo así?
-Sí.
Él se sacó la remera y me mostró la espalda.
-Decime cual.
-Este- le señalé contra un espejo el que me había gustado.
Vi cómo se iban grabando en mi piel las letras, los nombres de mis amigas iban a estar siempre conmigo, en la vida, y en la muerte…
-¿Y ahora?
-Te dije que ibas a poder elegir dónde tatuarme, con algo te tengo que pagar.
Me dijo que me ponga boca abajo y me tatuó en la cintura, el dibujo eran unas alas de fuego y una carretera alejándose, la inscripción decía “Burn rubber but not your soul”.

Vos también vas a estar conmigo para siempre, en la vida y en la muerte…

*****

Me desperté con el ruido del ringtone del celular, alargué la mano y lo atendí.
-Candy ¿pasó algo?
-Tenemos que organizar una boda.
-¿Una boda? ¿Quién se casó?
-Taichi.
-Ok, decime donde nos encontramos.
-En un rato en el Shopping.
-Voy para allá.
-¿Dónde vamos?- me preguntó Casey.
-Voy a ir a organizar una boda ¿estás seguro que querés venir?

Ese fue el primer día que vi la moto de Casey, la que él había armado pieza por pieza, era una belleza, realmente al lado de mi moto, no tenía comparación… en fin, no iba a dejar de lado mi idea por eso…

*****

Lo primero que hice fue comprar una cámara de fotos, quería retratar todos los momentos que pudiera esos cinco días, gracias Taichi, me diste una buena situación para sacar muchas fotos.
Urssula no vino porque estaba trabajando en muchas cosas al mismo tiempo, de hecho Casey había ido para allá por pedido de ella.
Busqué un vestido de su estilo, le saqué una foto y se la mandé por celular:
“Urss ¿te gusta este vestido?”
Era negro, escotado y con un enorme tajo, claramente el estilo de Urss.
“Sí, compralo”.
Había muchas cosas que pensar, ya habíamos decidido dónde iba a ser, en el piso que había comprado Candy. Lo íbamos a decorar con flores blancas, y había que comprar los anillos, trajes para los chicos…
“Quiero fotos de todos Elena” me mandó por mensaje Urss.
“No te preocupes, voy a sacar muchas” le respondí.
Seguramente se estaba imaginando a todos con traje, eso iba a ser muy divertido, en especial ver a Casey con traje iba a ser muy divertido.
-Chicas tengo un regalo para ustedes- dije y saqué los dos estuches que eran para ellas. Les encantó el regalo, esa pulsera solo tenía un objetivo, sellar nuestra amistad, un recuerdo de esos días, que esperaba volvieran a repetirse…

*****

¿Cómo puede ser que no tenga nada mío? En realidad hay dos cosas que son mías, la armadura, no puedo deshacerme de ella… y no quiero hacerlo, ella y yo somos una. Pero sí tengo algo además de eso que es realmente mío, mi moto. La moto que había construido yo misma cuando tenía catorce años, la moto en la que por primera vez viajé con Amy cuando todavía íbamos a la escuela. La moto que usé en la policía, la que recorrió los caminos junto a Edith. Mi moto, la que Richard había reparado después del accidente, la moto que siempre había estado conmigo… Quería mucho a esa moto, es lo único realmente mío que tengo… y no puedo llevarla a la última batalla, no quiero que se destruya, es una parte de mí… no voy a llevarla, tengo mejores planes para ella.

*****

Me vestí para la ocasión con un vestido largo dorado, lo elegí con la espalda bastante baja para que se viera claramente mi nuevo tatuaje.
Subí a la camioneta y dejé a Natalie con Candy. Cuando llegué a la fábrica de Makarav ya no quedaba casi nadie, había invitado a todos a la fiesta, incluso a “los tres fantásticos”.
-Vengo a buscar al novio.
-Lo vas a tener que atrapar primero…
Sí claro Taichi, vas a lograr escapar de mí, siete años entrenando en la academia no fueron en vano.
-Vos vení para acá- dije cazándolo del brazo- subí y ponete esto- le dije dándole una bolsa con un traje.
-Pero él no quiere ir…- dijo Bloodearth.
-No seas idiota, ya se casó, y esta es su fiesta.
-No, sino quiere ir no va a ir…
-Subí atrás y ponete esto- le dije tirándole una bolsa más grande con el traje para él.
Al final logré convencer a Bloodearth, menos mal porque en el estado en el que estaba, incluso habiendo estado en óptimas condiciones, no hubiera podido obligarlo.

*****

Dejé a Taichi en la fiesta, vigilando que no pudiera escaparse, al menos hasta que no llegara Natalie, mientras me encargué de sacarle fotos a todos. Urssula se estaba divirtiendo en grande viendo a todos sus amigos en traje.
-Chicos, miren para acá…- les decía yo sacando más y más fotos.
Urss se abrazó a sus amigos y todos salieron en la foto grupal.
-Elena, quiero que todas estas fotos lleguen a Max…
-Te paso todas las que quieras. Ah! Tomá, es para vos- le dije y le di la pulsera.
-Gracias- dijo simplemente con una sonrisa.
En ese momento llegaron “los tres fantásticos”, a último momento también les había avisado a ellos, después de todo, ellos habían sido los responsables de reunirnos a todos.
-¿Cuándo empieza la fiesta?
-¿Querés fiesta? Enfiestate- dijo Urss y lo bañó en champagne.
-Uno, dos, tres probando… Este es un mensaje para toda la liga de la justicia…
Era Candy la que hablaba, anunciando a la protagonista de la fiesta, Natalie.
Urss se puso un pañuelo en la cabeza, una cruz en el medio del escote y se acercó al micrófono.
-Estamos aquí reunidos…
El discurso fue el clásico de siempre pero con los toques típicos de Urss, yo le alcancé los anillos que fueron intercambiados por los novios, creo que nunca había visto tan nervioso a Taichi, y eso que lo había visto en situaciones bastante complicadas…
-Por el poder que me confieren los Steel Riders los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

*****

La fiesta siguió hasta altas horas de la noche, no sé en que momento caí exhausta, no solo estaba así por la fiesta y el cansancio sino también por las heridas de bala que me había curado Urss, y no había parado un segundo.
Cuando me desperté ya había pasado otro día, Urss me había metido en el tanque de recuperación que había traído Robert y ya estaba curada por completo. Era increíble, a eso se le llamaba sanar rápido.
Casey estaba trabajando con Makarov, Taichi y Bloodearth en el Punknaught que le había encargado Urss, Candy y Natalie los miraban trabajar. La visión era muy buena, todos estaban en cuero trabajando como mecánicos… a qué chica no le gusta mirar eso.
Yo podía ayudar, de hecho sabía que hacer.
-¿Puedo ayudar?- agarré una pinza e hice lo que Casey me indicó, ya estaba en perfectas condiciones, no sentía ningún dolor físico.

*****

Todo va a ser un caos, una guerra en plena ciudad, en las calles, todos contra todos… Amy, tengo que sacar a Amy de esta situación, pero para eso tendría que ir a verla… no va a creerle a nadie más que a mí… ir a ver a Amy… decirle que estoy viva, volver a recuperar nuestra perdida amistad…
Es el momento, es ahora o quizás nunca.
Llegué hasta su casa, rodeé la manzana y dejé la 4x4 a pocos metros. Estaba sola. Toqué el timbre y esperé que ella abriera la puerta. Tenía los lentes negros puestos, me pregunté si ella me reconocería…
-Amy.
En ese momento se desmayó, la agarré antes de que se cayera al suelo y entré a la casa. Cerré la puerta y la acosté en un sillón, había allí un cuaderno de notas que usé para abanicarla hasta que se despertó.
Me abrazó llorando, la abracé muy fuerte, Amy…
-Tranquila, soy yo- le dije.
-Hillary… pero vos… estabas muerta…
-Hace tres años que no soy Hillary. Es una larga historia…
-¿Y Edith? ¿Ella también está viva?
-No. Desperté veinte días después del accidente, cuando todos me creían muerta, creí que dejar las cosas así iba a ser lo mejor.
-¿Por qué no me lo dijiste?
Ahora había puesto esa cara de enojada, la entendía, yo también me hubiera enojado.
-Perdoname, sé que estás enojada, pero no te dije nada para no ponerte en peligro, estoy trabajando en algo muy peligroso.
-¿Y se puede saber qué es?
-Prefiero que no lo sepas, para protegerte… Escuchame, algo muy malo va a pasar en algunos días, la ciudad va a ser un caos, vine a decirte que te fueras con tu familia lo más lejos posible ¿Tenés a alguien que pueda alojarte unos días fuera de la ciudad?
-Sí, mi hermano.
-Bien, entonces anda a su casa por algunos días hasta que todo se calme en la ciudad.
-¿Qué va a pasar?
-No puedo decírtelo...
Empezamos a hablar como si esos tres años no hubieran pasado, como si Edith todavía estuviera allí con nosotras… no había que recuperar ninguna amistad, porque esa amistad nunca se había destruido.
-¿Te gustó el oso?
-¿Fuiste vos?
-Sí ¿ya sabés si va a ser nena o nene?
-No, quiero que sea sorpresa.
-¿Y Michael?
-Está arriba durmiendo.
-¿Y tu chico?
-Es muy buena persona.
-¿Sos feliz con él?
-Sí ¿y vos? ¿Estás con alguien?
-Sí… Hace dos semanas…
-¿Y cómo lo conociste?
-¿Conocés las carreras de Vertigo Bike?
-Sí…
-Bueno, yo corro en esas carreras.
-Dejame adivinar: Lady Red.
Era obvio que se iba a dar cuenta, ella me conocía más que nadie.
-Sí. Bueno, en la última carrera, la que decidía si subía a la liga o no, apareció un corredor nuevo.
-El que te ganó, eso no te debió gustar para nada.
Sonreí.
-No, creeme que no me gustó.
-¿Y te gustó porque te ganó la carrera?
-No fue en ese momento…
Ella estaba preparando chocolatada con galletitas, como en los viejos tiempos.
-¿Y cuándo me lo vas a presentar?
-Si querés la próxima lo traigo.
-Te tomo la palabra.
Después trajo a Michael y me quedé jugando con él un rato, charlamos mucho, teníamos tres años de los que ponernos al tanto.
-¿Te vas a volver a ir? ¿Nos vamos a volver a ver?
-Claro que sí. Tomá- le entregué un celular- Tiene mi número, no lo uses para otra cosa. Llamame cuando me necesites.
-La próxima traé a tu novio.
-Está bien.
La abracé y nos despedimos. Subí a la camioneta y me dirigí hacia lo de Makarov. Ya solo quedaba un día, y todavía tenía cosas que hacer…

*****

Cuando llegué Casey estaba reparando la moto de Urss, no había más nadie así que lo llamé. La moto estaba en el trailer del camión así que le dije que entrara y cerré la puerta.
-Esta moto la tengo desde mis catorce años, la armé yo, pieza por pieza, tuvo muchos accidentes…
-Como la dueña.
-No será tan buena como la tuya, pero quiero regalártela.
-¿Y por qué? Es tu moto…
-¿La aceptás o no?
-Prefiero quedarme con vos y no con la moto.
-No quiero llevarla mañana, es muy importante para mí, y por eso quiero que vos la tengas, no quiero que se destruya.

No te culpo por no querer aceptarla, después de todo estaba escribiendo mi testamento, eso no debió haberte caído nada bien, lo siento… aunque creo que lo que te hice después fue peor…

-¿Dónde vamos hoy?
-No voy a un lugar feliz… ¿No estás trabajando en la moto de Urss?
-Ya está terminada. Si querés que te acompañe, te acompaño.
-Vení si querés.
Fui a comprar flores, tres ramos, y me dirigí al cementerio donde estaban mi mamá y mi papá, le dejé flores a ambos y después me dirigí hacia el otro cementerio, donde estaba mi hermano Jeremy.
-Siempre tuve miedo de morir, como todos, todos tienen miedo a eso en el fondo, pero después de enterarme que había tenido un hermano, ya no tuve más miedo, porque sé que cuando me muera lo voy a poder conocer. Si me llega a pasar algo, si llego a morirme, quiero que me entierren junto a mi hermano.

No dijiste nada, gracias. Sé que fui muy cruel al pedirte algo así, pero… realmente sos el único al que puedo decírselo. Quizás debí decirte también donde estaban los planos originales de la armadura, pero creo que es mejor que no lo sepas.

-¿Y ahora a dónde vamos?
-No sé… ¿querés venir a mi casa? Vos me invitaste a la tuya, ahora me toca a mí…
-Bueno vamos ¿Me vas a cocinar algo?
-No soy buena en la cocina, lo mío son las motos…
Llegamos a casa y mientras me ponía a cocinar unos fideos Casey se encargó de pedir pizza.
-¿Pediste pizza?
-Sí, vos dijiste que no eras buena cocinando… ¿querés?
-No, yo voy a comer mis fideos.
-Dale, si querés pizza.
-Bueno, yo como pizza si probás mis fideos.

*****

Ya todo está listo, queda muy poco tiempo, y ese poco tiempo que me queda quiero pasarlo con vos. Quizás después de mañana ya no volvamos a estar juntos, pero lo que importa es hoy, y hoy quiero que estés conmigo.
Te amo Casey.

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